Atento, sobre todo el Seat Ibiza, uno de los dueños de la ciudad, porque llega el renovado Hyundai i20, la apuesta coreana en el competido segmento europeo de los utilitarios y en el que su primo, el Kia Rio que probamos, está siendo toda una revolución de ventas. Tras poco más de tres años en el mercado (desde 2009), la firma coreana ha decidido aplicar un lavado de cara a su producto. Ha decidido dar una imagen más acorde a la de sus “mayores”, aparte de reducir consumos y ser más limpio con el medio ambiente.
Para su diseño, se ha aplicado la filosofía “fluidic scultpure” en los rasgos del modelo coreano. La línea sigue siendo la misma que la de antes, con un formato monovolumen, pero ahora presenta un frontal más propio, con unos faros que presentan unas líneas más rectas y una parrilla frontal en forma de hexágono. También el parachoques trasero y el maletero son de nuevo diseño.
La altura y la anchura del modelo permanecen invariables, pero la longitud ha aumentado en 55 milímetros, ya que los nuevos parachoques son más abultados. Su longitud llega hasta 3995 mm, acariciando los cuatro metros de longitud, que se han convertido en la medida estándar de los utilitarios europeos de última generación.
En cuanto al interior, la firma afirma que no hay cambios, si bien es probable que nos encontremos las típicas modificaciones de estos casos en forma de nuevos tapizados, equipos de sonido renovados…
Hablemos ahora de motores: un 1.2 gasolina de 75, un 1.6 gasolina de 126 CV y sendos propulsores 1.4 CRDi de 75 y 90 CV. Los diésel han sido renovados. En primer lugar, el 1.4 CRDi deja paso a un nuevo bloque 1.1 tricilíndrico de 75 CV extremadamente limpio, puesto que sus emisiones de CO2 son sólo 84 g/km. Además, el motor 1.4 CRDi de 90 CV ha sido optimizado para rebajar sus emisiones de CO2 hasta 96 g/km. Estas cifras de emisiones nos permiten augurar que el nuevo Hyundai i20 se posicionará como uno de los utilitarios más eficientes del mercado europeo.